miércoles, 31 de julio de 2013

102.- GRINGO ORLANDINI (Bandolerismo Sec. 3)

GRINGO ORLANDINI

 (Bandolerismo - sección 3)

A mediados del siglo pasado llegó a Tacabamba un emigrante italiano llamado José Orlandini que dejó secuela de laboriosidad en su época, a la vez que era partícipe de todas las inquietudes y avatares de este pueblo, pero disfrutó de la hospitalidad y amistad sin límites.

Regresó a su patria en los años 80 dejando un hijo llamado cariñosamente “El Gringo” por sus facciones sajonas heredadas. Su nombre ANTONIO ORLANDINI OBLITAS, su madre la honorable dama tacabambina doña Juana Oblitas Romite.


Joven distinguido, ciudadano digno, hombre de bien, competente autoridad y benefactor de su pueblo. Tenía algo más de dos hermosos jardines de bellezas femeninas, sus hijas dieron renombre y fama a Tacabamba, hasta donde acudían apuestos galanes de otros lugares para admirarlas y si tenían suerte y merecimientos se casaban con ellas.

La familia Orlandini Olano cuya matrona la señora Celinda Olano León, estaba integrada por nueve hijos: Felícitas, Victoria, Clemencia, Juana, Isabel, Celinda, Lucila, José y Antonio.

En la familia Orlandini Latorre junto a si madre la señóra M. Edelfrida Latorre, se podían contar sus vástagos: Rosa, Angélica, Rita, María Elena, Antonio, Blanca y Emilia.

También responden a esta noble estirpe sus hijos Augusto Orlandini Ríos y Antonio Orlandini Jibaja.

Toda esta gama de bellezas y valores llegó a distribuirse por todo el país, en especial en Cajamarca, Chiclayo y Lima. Su descendencia destaca nacional e internacionalmente, para muestra sólo mencionaremos a Javier Alva Orlandini, a Víctor Camacho Orlandini, Vìctor Gasco Orlandini, etc; por lo tanto Tacabamba se siente orgullosa, grata y esperanzada. 

Don Antonio A. Orlandini Oblitas fue Alcalde de 1905 a 1910 y de 1912 a 1915. Brillaba como un sol y destacaba su figura en medio de las fainas (faenas) que son trabajos comunales voluntarios abriendo y ensanchando caminos, empedrado de calles y caminos. Al nivelar la plaza de armas quedó al lado de la iglesia un “poyo” al que reforzó con grandes piedras y argamasa, hoy es el característico Atrio Ramón Castilla.

También niveló el terreno de tras de la Casa Consistorial convirtiéndolo en el primer mercado. Amuralló y colocó el portón del patio de recreo de la Escuela Nº 63 que después dieran por nombre Canchón Heriberto Bocanegra Montenegro y que hoy es el Coliseo Municipal.

Trajo de Chota un hábil artesano en tallar piedra azul, don Vicente Gonzáles que se afincó en Corillama y que tuvo a su cargo los trabajos de embellecimiento del parque, confeccionando las piezas, tazas y columnas de la pila, las banquillas y pisos del jardín central, todo en piedra que eran labradas en las Tres Cruces. Esta obra fue terminada por el Alcalde don Lizardo Zevallos Cardoso.


(Faeneros abriendo caminos)

Como “Nadie es profeta en su tierra” no faltaron los anticuerpos y resentidos, aún más las divergencias políticas y hasta las personales que al abrigo del bandolerismo condujeron al asesinato de don Antonio en un cruento atentado por la espalda.

La noche del 9 de enero de 1915, cuando en su casa (hoy Jr. Lima 455) conversaba con Moisés Tantaleán a quien debería encargar la Alcaldía para viajar a Lima, le tendieron una celada los hermanos Carlos y Artidoro Paredes que escondidos en la casa de en frente y contando con el apoyo de Práxedes Montenegro (Ra Zigzaga a la Loma) que servía de campana y atemorizaba a los muchachos para que se guarden temprano y hacía cerrar las puertas de las casas de las familias, no dudaron en dispararle con fusil en momentos en que se paseaba en su sala y servía copitas de atención a la visita y se puso a tiro, hiriéndole mortalmente. Eran las 9 y 30 .

El pueblo mostró su repudio a los criminales, se desató el conflicto entre Paredes y Mejía los que por muchos años los expulsaron de Tacabamba. El sepelio fue multitudinario de ciudad y campo. Muchos recuerdan que el féretro no cerraba totalmente debido a la robustez del muy llorado difunto que dejaba entrever su elegante terno azul eléctrico.

Si la justicia no consiguió castigar a los culpables lo hicieron los bandoleros que los persiguieron implacablemente. Sin embargo sus contrarios políticos algunas veces hacían circular panfletos con versos como el siguiente: “Las viudas que han quedado - del mayor municipal - montepío han reclamado - a don Celso Carbajal”. Esto porque don Antonio era político preclaro de don Celso N. Carbajal Linares, personaje clave y determinante en la provincia de Chota. 

Después de muchos años sus familiares que emigraron a Chiclayo acordaron llevar sus restos, lo que encomendaron a su hijo Augusto, quien fue objeto de adhesión y gratitud del pueblo y sus autoridades. Despidieron los despojos mortales de un eminente tacabambino que supo dar a su tierra no solamente su entusiasmo y trabajo, sino su vida misma. Su recuerdo y obras enriquecen nuestra historia y la notabilidad de su descendencia da mayor brillo y esperanzas a Tacabamba. En el Cementerio El Carmen de Chiclayo, cuartel San Avelino Nº 37 yacen sus restos y descansa en paz.






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