miércoles, 31 de julio de 2013

66. C.E.T.P.R.O. MIGUEL PAREDES BOCANEGRA.


C.E.T.PRO. MIGUEL PAREDES BOCANEGRA.

TACABAMBA.

En la primera mitad del siglo XX sólo se sabía del reconocimiento de nuestro pueblo a dos personajes meritoriamente sobresalientes que dejaron su nombre a la posteridad: Don Salomón Díaz Sánchez cuyo nombre ostenta la Escuela Prevocacional Nº 63 hoy C. E. Nº 10446 y Don Heriberto Bocanegra Montenegro que por sus grandes dotes pedagógicas nominaron así al Canchón Deportivo del local escolar antes mencionado que hoy a revertido a la Municipalidad.

En la segunda mitad hemos sido testigos de otros justicieros reconocimientos:

La Srta. Ernestina Rodríguez Segura que con su nombre adornó la Escuela de Niñas Nº 64, el Dr. Gilberto Gálvez Delgado, gran promotor y gestor de obras para su pueblo, una de las calles lleva su nombre, el artista Absalón Salazar Fonseca, cuya vasta producción poética repite los ecos de Tacabamba y su nombre ya está en la avenida de ingreso a la ciudad, antes camino que recorrió su ingeniosa vida. El Colegio Nacional Mixto Tacabamba adoptó el nombre de un gran maestro “Víctor Herrera Delgado” y hoy, en los albores de la presente centuria, los tibios vientos de la gratitud perennizan la labor docente y el gran amor por su pueblo del profesor MIGUEL PAREDES BOCANEGRA, galardón que no ha tardado en llegar, porque ha sorprendido a su inspirador en el retiro laboral y en su máxima expectativa por el progreso del lugar de sus sueños la “Sucursal del Cielo”. El Centro Educacional del Trabajo Productivo lleva su nombre.


Don Miguel, esforzado ciudadano que se profesionalizó para servir a la niñez y juventud, deportista émulo de deportistas, entusiasta y activo propulsor de las instituciones y de las cruzadas tacabambinistas. Profesor y Director de la Escuela Prevocacional Nº 63 (C:E: 10446) durante todos los años de la jornada magisterial de su vida, y docente en el Colegio Cooperativo Bartolomé Herrera que fue cuna del actual Colegio de la ciudad. Director y profesor del Centro de Alfabetización de Tacabamba. Ejemplar padre de familia que vivió rodeado del cariño de sus hijos en Chiclayo, los mismos que como dignos herederos de la proficua personalidad de su progenitor siguen y acrecientan sus prestigiosos pasos.

Al entrar en funcionamiento el Centro Educativo Ocupacional (hoy C.E del Trabajo Productivo) que lleva su nombre, Tacabamba toda supo aquilatar este grandioso acto de justicia de sus gestores y organizadores apoyando su encomiable labor y alta misión que redunda en el bien común que todos anhelamos. A don Miguel Paredes Bocanegra le manifestamos en vida nuestra complacencia, porque nos sentimos orgullosos de haber sido partícipes de su loable trayectoria educadora, como alumnos, colegas de trabajo y como tacabambinos que coadyuvamos con la grandeza de nuestra patria chica.

Falleció un 20 de Septiembre del 2005 en Chiclayo, ciudad donde fijó su residencia las dos últimas décadas de su vida.

En sus exequias manifesté los siguiente: 

DON MIGUEL PAREDES BOCANEGRA – Señoras y Señores.
Se despide un hombre, un maestro, un tacabambino, un padre ...... y digo así porque no se trata de palabras simplemente sino de adjetivar estos sustantivos ante sus merecimientos.

Hombre ..... en el sentido relievante, diferencial, digno y honorífico.

Maestro ... en el sentido de excepción, de reconocimiento, ejemplo y gratitud.

Tacabambino.... en el sentido destacado de su identidad, orgulloso de su origen, querendón y contribuyente infatigable de todo lo que sea Tacabamba.

Padre.......porque se lleva toda la satisfacción del deber cumplido y la seguridad de que hay en sus hijos un Miguel Paredes Bocanegra para muchas generaciones, para la posteridad.

Se va don Miguel, pero queda su camino amplio y adornado de guirnaldas por el que transitamos gratos y consecuentes, esforzados y entusiastas, aliviados por las caricias de sus recuerdos y reconfortados por su ejemplo.


La Providencia quiso que a sus largos años de vida, sea consciente del aprecio general de las gentes y del reconocimiento de su labor allá en nuestro pueblo lejano, pues un enjambre de estudiantes y profesores vocean y escriben su nombre a cada instante en el Centro Educativo Ocupacional que lo perenniza. 

Profesor y Director distinguido, durante toda su vida docente de la hoy centenaria Institución Educativa Nº 10446, profesor fundador del actual Colegio Nacional “Víctor Herrera Delgado” cuando nacía como Colegio Cooperativo Municipal por el año 1961. Promotor y alfabetizador en diferentes campañas que se gestaron en los años 60 y 70.

Ciudadano representativo de Tacabamba, terruño que amó siempre entrañablemente, al que brindó incansable su comprometido entusiasmo.

Dirigente del Club Tacabamba de Chiclayo, y miembro de la Hermandad del Señor de la Misericordia, entidades beneficiarias de su trabajo y permanente y distinguida presencia.

Su fortaleza física y moral es una lección para la sociedad actual, obsesionada por las recetas de la salud y la figura, incapaz de entender la dignidad de la vida al margen de la tecnología clínica.

Muere en la vejez, en su lecho de postración, rodeado de todos los cuidados y los suyos, extinguiéndose lentamente con la misma naturalidad con que vino al mundo.

Si hay una idea de muerte digna, es ésta y sirve de muestra, aunque nadie escoge la forma de morir con dignidad, porque ha estado pintada con los colores que componen la sustancia misma de la vida: la voluntad, el dolor, el amor, la fragilidad, la finitud humana y la determinación de vivir hasta el final . He ahí la buena muerte.

Estoy seguro que si hubiese podido expresarse en los momentos últimos de su existencia, nos hubiera dicho y repetido sus consejos: Que si el Hacedor le regalara un trozo más de vida y aptitud, lo aprovecharía al máximo. Que daría valor a las cosas no por lo que valen, sino por lo que significan. Que dormiría menos y soñaría más, porque cada minuto que cerramos los ojos perdemos 60 segundos de luz, que caminaría cuando los demás duermen, que vestiría sencillo y se tiraría de bruces al sol dejando descubierto no solamente su cuerpo sino su alma. Que a los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprenda a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Que todo el mundo queremos vivir en la cima de la montaña de la vida, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir esta pendiente. 

Aprenderíamos de él, que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por primera vez el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.

Que el hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando tiene que ayudarlo a levantarse.

Que siempre hay que decir lo que se siente y hacer lo que se piensa, porque nadie nos recordará por los pensamientos secretos o por la vida anónima.

Que necesitamos fuerza y sabiduría para expresarnos y vivir, y que hay que demostrar a los amigos y a los seres queridos, cuánto nos importan.

En un momento crucial como el que estamos asistiendo, vale la pena traer a colación la breve historia del turista que fue a visitar a un renombrado sabio en el Cairo – Egipto, se sorprendió de su sencillez de vida: un cuartito simple lleno de libros, una cama, una mesa, un banco. ¿dónde están sus muebles? le dijo, y el sabio contestó con otra pregunta ¿y dónde están los suyos? - ¿los míos? dice el turista, ¡pero si estoy solamente de paso! – Yo también, concluyó el sabio. Todos estamos de paso.

Así es señores. Sabemos que somos aves de paso, la vida es temporal y no es dable vivir como si nos fuésemos a quedar eternamente, olvidándonos de ser felices. La felicidad no está en las cosas, ni en el tiempo que duran, está en la vida sencilla que se brinda y en la intensidad con que se vive dentro de los valores personales, es por eso que hay momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.
La vida mejor no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones.
No solamente hay que echarle años a la vida, sino vida a los años.
Ahora, si tras una larga trayectoria de vida está la labor ejemplar a la que me he referido, estamos ante un hombre, un maestro, un tacabambino y un padre, al que tributamos hoy un emotivo homenaje de despedida en las exequias de sus restos mortales.

La familia Paredes tiene desde el más allá un nuevo aliado para seguir forjando su prestigio y su preeminencia en bien de la colectividad.

Don Miguel Paredes Bocanegra, llévese nuestro aprecio y agradecimiento, descanse en paz, lo recordaremos siempre.

Ch. 21 – 09 – 05 Augusto Bocanegra Gálvez 

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