martes, 30 de julio de 2013

41. BOTÍN DE GUERRA

BOTÍN DE GUERRA


(botín = Conjunto de posesiones, mercancías, armas, etc, que se concedía a los soldados del enemigo vencido.)



Un joven sacerdote, Carlomán Duárez Delgado, mitad socotino, mitad tacabambino por sus caracterizados apellidos, se desempeñaba en la Parroquia de San Bartolomé de Tacabamba por los años 30 del siglo pasado. Era muy querido y respetado en la comunidad.



Una señorita de “buenas prendas”: llamada Delia resultó embarazada del referido párroco, producto de lo cual nació el que fuera más tarde nuestro popular “Loco Duárez”: Germán Otto, de una historia borrascosa en el trayecto de su vida que no fue tan larga como hubiéramos deseado los que bien le conocimos. 


El cura Duárez se vio envuelto en serios problemas por este romance, tanto que don Alfredo le buscaba insistentemente para castigarlo por la deshonra de su sobrina. Logró escapar y emigrar a la costa, donde se asimiló al ejército como capellán.
Mientras tanto Germancito recién nacido y su madre eran ocultados en las casas de familiares y vecindario tacabambino, porque también eran buscados con no tan buena intención, hasta que lograron salir para radicar en la ciudad de Chota.



En ese entonces, empujados por la pobreza emigraron de Tacabamba unos primos del sacerdote Carlomán, hermanos que empezaron a trabajar denodadamente en el transporte camionero entre El Lisco, Chongoyape y Chiclayo.



No pasó mucho tiempo que compraron un camioncito viejo con el que independizaron su trabajo, cuando recibieron el llamado de su primo que se encontraba combatiendo en la guerra con Ecuador. Tenían que llevar su camión hasta donde llegaba la invasión peruana.
De regreso trajeron lleno su vehículo con el botín de guerra que Carlomán hacía en Ecuador, y con la consigna de regresar cuanto antes y con más carros para transportar lo que incautaban en El Oro. Esto lo hicieron dos o tres veces más y supuestamente el negocio había sido pactado a medias con los primos, teniendo que guardarse en Chiclayo las mercancías hasta que la guerra haya terminado.


Fue el caso de que en una de esas incursiones del capellán y sus soldados al comercio ecuatoriano, un “mono” (apodo de los ecuatorianos) agazapado tras la puerta de su almacén, había decidido disparar al primero que entrara y como resultó siendo Carlomán, le destrozó los pulmones con una bala dun dun de fusil (30 – Setiembre de 1941).
Los hermanos mencionados se quedaron con todo el botín y a partir de allí empezó la bonanza económica de esta familia. Hoy es una afamada y prestigiosa empresa peruana de transporte de pasajeros y de turismo.



Germán creció y estudió en Chota, destacándose en las disciplinas deportivas y por sus palomilladas en las escuelas y en el colegio San Juan. Cuando hombre trabajó de profesor en Paccha, Chadín y Tacabamba, se perfeccionó en el magisterio en ciclos vacacionales, llegando a titularse.



Constituyó su hogar y recuperó propiedades de su familia materna en el terruño y cuando al enterarse de la historia de su padre, decidió recuperar la parte del cupo de guerra que le tocaba, pero no lo hizo porque enfermó gravemente de deficiencia renal, lo que le condujo necesariamente a radicar en Lima y a hacerse un transplante de riñón con el apoyo de la colectividad que mucho le quería.



Algunas de las tantas anécdotas del “Loco Duárez”: Su preferencia política era el acciopopulismo, belaundista acérrimo, pero ciertos amigos de Chota, autoridades en la época del Gobierno Revolucionario de Juan Velasco Alvarado, le pidieron que acepte el cargo de Gobernador de Tacabamba, lo cual aceptó con la condición de no claudicar a su filiación, de tal manera que en la oficina de su Despacho Gubernamental exhibía la fotografía de Fernando Belaúnde Terry, y pobre de aquel que le hacía la observación”.



Gustaba de hacer pelear a las parejas de esposos, reclamando a las señoras que no le habían hecho caso cuando estaban con su esposo XX en determinado lugar abrazaditos como tortolos quinceañeros, pese a haberles pasado la voz. Tales señoras la emprendían con el esposo por la supuesta infidelidad. Después se jaraneaba cuando se descubría la pesada broma.



Otra vez, por el mes de octubre de cierto año escolar, alguien encontró en el campo deportivo de la ciudad, el registro de evaluación de sus alumnos del quinto de primaria del Centro Educativo 10446 . Tal documento fue devuelto al profesor Duárez por intermedio del Supervisor del Segundo Sector de Educación y lo anecdótico es que ya estaba con todas las calificaciones del año lectivo, incluyendo las notas promocionales o de fin de año. Se desconocen los pormenores de tal devolución, “la sangre no llegó al río”, pero los comentarios y especulaciones trascendieron.




Daba una clase modelo sobre Escuela Unitaria (varios grados en una sola aula) ante profesores del Segundo Sector Escolar. Al final algunos empezaron a felicitarlo, pero no faltó alguien que expusiera su gran error de dar la clase a niños de cuatro grados diferentes sobre materias o cursos también diferentes. Lo antipedagógica de su actuación y el fracaso por el desorden que reinó en la clase por la distracción de los alumnos, etc, etc, ante lo cual reconoció la falla, pero dijo que él no tenía la culpa, sino los que lo designaron para dar esa clase.



Germán vivió algunos años más y finalmente el año 1991 fallece en Lima, dejando gratos recuerdos, dado su ascendiente personal y entusiasmo. La última feria patronal que organizó en su querida Tacabamba alcanzó notable éxito.

bocanegraaugusto@hotmail.es

“ La primera víctima de una guerra suele ser la verdad”.



(Eliecer Cárdenas)

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