miércoles, 31 de julio de 2013

87. LAS TRES VÍRGENES

LAS TRES VÍRGENES

Nuestras comarcas, con su gama de gente y costumbres están hechas de historias, las que muchas veces se generan por la tradición, o lo que es lo mismo, por la narración de los hechos de generación en generación. Luego, los testimonios y vestigios materiales confirman los acontecimientos y obtenemos la heredad histórica que nos identifica en el concierto de los pueblos: las celebraciones festivas son de gran trascendencia tanto por las similitudes , como por las diferencias que nos caracterizan.Los españoles nos iniciaron en la creencia religiosa y en las fiestas en honor a las imágenes o patronos de fe, hoy son grandes eventos regionales, nacionales e internacionales. 


Nacieron estas fiestas allá por los postreros años del siglo XVII, cuando los indígenas de nuestros lares, que habían sido abusados en la tenencia de sus tierras por los hacendados españoles. En un principio tenían que viajar hasta Trujillo buscando amparo legal, después iban siendo atendidos por algunos comisionados del Rey y del Vierrey que visitaban estos lugares en pos de hacer justicia. Tal es el caso de Fray Francisco Huertas.

Casi un centenar de ellos tuvieron que caminar hasta la capital del corregimiento o encomienda del norte del virreynato la ciudad de Trujillo donde los oidores coloniales escuchaban sus reclamaciones. Por las tardes los sacaban de la urbe amurallada por la portada de Mansiche lugar donde pernoctaban por muchos días. Fuera existía un templo donde se reunían a rezar con los lugareños.

Prendados por las hermosas imágenes de ese templo y deseando contar con siquiera una de ellas en su lejano lugar de origen, decidieron, cuando llegue el último día de su permanencia, llevarse secretamente, con todo los pesares y perdones, por lo menos a la más pequeña.


Aquella última noche ya no esperaron la madrugada, los designados más intrépidos profanaron una de las ventanas del templo y al llevar a la escogida notaron que era muy pesada, regresaron por otra más liviana y notaron que la más grande pesaba menos y también la llevaron. Un tercer grupo por no quedarse en menos, fueron a sacar una de peso intermedio. Finalmente decidieron llevarse a su terruño a las “tres vírgenes” acondicionadas en sus respectivos e improvisados cargadores de palos y ponchos.

Emprendieron el retorno caminando presurosos y lejos de los caminos por temor a que los siguiesen los “gendarmes del Rey”. Durante el día permanecían escondidos y al anochecer emprendían la retirada en los varios días que duró el viaje. Antes de un amanecer estando ya muy lejos escucharon el sonar de los clarines y temerosos tuvieron que esconderse en los matorrales. Al rayar la aurora se dieron cuenta que estaban en la cima de un cerro casi conocido y familiar para ellos, no habían indicios de que los estén persiguiendo y alborozados por estar a salvo, pusieron al cerro el nombre de “Clarinorco” considerando el primer milagro de las “mamachas” como decían a las imágenes de las vírgenes.


Vieron la necesidad de separarse los tres grupos de acuerdo a sus comarcas de procedencia y así es como, cada cual con su respectiva virgen emprendieron su propio destino: los más inmediatos bajaron a Chutaypampa en Chota con la imagen más grande, los siguientes se encaminaron por los parajes de Cutervo y los de más lejos a Anguía, comprensión de Tacabamba.

Los habitantes del poblado de Chota robaban a la virgen de Chutaypampa y la colocaban en un pequeño peñasco en el centro de una laguna cercana, pero los indígenas la encontraban y la regresaban a su ramada, esto por tres veces, hasta que los convencieron para que en dicho lugar, luego de desaguarla, construyan un bello templo digno de la ya voceada Patrona Virgen Inmaculada . Su festividad es el 8 de Diciembre. El templo reubicó al poblado pues quedó en una esquina de su nueva plaza, templo que dos siglos después fuera quemado por los chileno y que en la actualidad ostenta en su lugar el edificio de la Municipalidad Provincial. La imagen permaneció 71 años desaparecida (1882 - 1953)

Los cutervinos fueron los más tranquilos y fervorosos feligreses pues los indígenas la entregaron al cura del lugar José Galindo que formó una hermandad en 1868 para venerar mejor a la que llamaban: “Mama Ashuquita” o Virgen de la Asunción su milagrosa Patrona. La fiesta es el 15 de Agosto y reviste gran solemnidad.



Los anguianos la tenían escondida algún tiempo en el fondo de una cueva, la descubrieron cuando una hermosa avecilla guiaba insistente a un grupo de personas que paseaban cerca del lugar. La dueña de la hacienda doña Ángela Vásquez ordenó le construyan una capilla. También rescataron más de una vez a su santa imagen que los tacabambinos llevaban en secreto a su templo y decían que iba sola por las chacras, pues su manto estaba llena de cadillos. Esta imagen alcanzó renombre regional, desde un principio la llamaban “Virgen de Anguía” pero después la llevaron a Chota para que los sacerdotes la reconocieran resultando ser por sus características faciales la Virgen de los Dolores. La celebran el 13 de Septiembre. Es notoria la presencia de los cutervinos en esta fiesta, pues tradicionalmente los antiguos iban en masiva e infalible peregrinación, demostrando la relación de origen de estas imágenes.

bocanegraaugusto@hotmail.es 

“Cada país tiene dos historias, la oficial y la verídica”.

“El mejor profeta del futuro es el pasado”.

“Pueblo que no conoce su historia está condenado a repetir los errores del
pasado”.

“ En época de bárbaras naciones, los ladrones pendían de las cruces; mas 

hoy en época de las luces, las cruces penden del cuello de los ladrones”.

“La única verdad es que hay un ser supremo, llámese como se llame en cada secta religiosa”.

“No hay mayor religión que el amor”. (Osho)






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