(Tacabambino
sobresaliente)
Los
hijos de Pascual Segura (El chileno - 1882) fueron Lizardo y Alfredo Segura
Rubio, a su vez, Lizardo fue padre de Homero Segura Corcuera, personaje del
recuerdo que nos ocupa en este tema.
Su
niñez y juventud las pasó en Tacabamba con sus padres y abuela, después con su
tío Alfredo.
(El niño Homero con sus padres y abuela Luisa Rubio -
1905)
Hijo
de buenas prendas, elegante y bien educado. A la muerte de sus padres tuvo que
trabajar con su tío Alfredo en las labores del campo y de matarife, pero lo que
más le fascinaba desde ya eran los caballos, tanto que al alcanzar la juventud
ya era un domador y chalán de mucha consideración en el terruño. Sin embargo le tocó vivier en la época del
bandolerismo (ley del más fuerte) y tuvo que identificarse con el grupo de los Mejía que se impuso en
Tacabamba por varios años.
(Su jefe de antaño Artidoro Mejía
Cubas lo visita en Chiclayo - 1965)
Se
cuentan de él muchas peripecies y hazañas, pero la más notoria fue cuando
avisado su jefe don Artidoro Mejía Cubas
de la presencia en la plaza de su enemigo el jefe de los bandoleros de La Palma
don Presentación Tantaleán, cuyos dominios de poder estaban además por Chaccha,Urubamba
y Cardón; éste había tenido la urgencia de bajar a la ciudad y lo hizo sin
protección de sus guardaespaldas, ni siquiera de su inseparable “Grano de Oro”,
excelente tirador, un moreno costeño especialmente contratado por su certera puntería
en aquella nefasta época de los guerreros clandestinos. Mejía Cubas jefe de los bandoleros de La
Banda, Luzcapampa, Cumpampa, Pusanga, Chugmar y la ciudad, dispuso que sea
Homero Segura Corcuera, al que apodaban “Chicharrón”, el que le saliera al paso
y dé buena cuenta de él; pero cuando
éste llegó a la esquina del Jr. Olaya, Tantaleán ya había bajado una cuadra de distancia y sobre una barda se
disponía a saltar a la inverna contigua. Segura encaró su escopeta Winchester,
disparó y envió a sus hombres que recogieran el cadáver. El susodicho no estaba,
las huellas de sangre llegaban a la quebrada de Shucturume, aguas abajo hasta
la toma del Puquio cerca a la poza Matea del Río Grande donde desaparecían.
El herido había seguido el curso del agua hasta los puquiales del
Carricillo desde donde pudo escapar por el cerro de las Tres Cruces. Solamente
había perdido los testículos por el disparo de Homero. Este episodio despertaba los más variados
comentarios. Don Presentación ya no tuvo
más descendencia.
(Homero Segura Corcuera “El
Chicharrón”- 1925)
Contrajo
matrimonio con la señorita Mercedes Cabrera y tuvo varios hijos, por los que
decidió emigrar a la costa y radicar en Chiclayo, donde su hizo muy popular y
exitoso en los negocios de ganado vacuno y asémilas.
Cada
año y para la Feria de Setiembre se encaminaba rumbo a su amada Tacabamba,
llevando los mejores caballos y mulos para negociarlos. Le acompañaba siempre
su hijo Lizardo “El Cholo” joven que disfrutaba de la gran amistad y atenciones
de la juventud tacabambina, también iba con algunos chalanes a su servicio.
Su
arribo era un acontecimiento: la noticia se difundía rápidamente y algunos de
sus amigos y especialmente los niños se constituían hasta Las Tunas unas veces
o hasta Funducas o Encañada otras veces para verlo llegar todo bonachón, pero
alegre, talla mediana, peso pesado por rechoncho,camisa y pantalones blancos,
botas granaderas o escarpines, sombreo a la pedrada, revólver al cinto ancho,
lucía grusas sortijas y cadena de oro, colorido pañuelo al cuello y gozaba de
la recepción entre chistes, rizotadas y sendos tragos en el corto camino a la
ciudad.
(Con su hijo Lizardo Segura Cabrera -
1960)
La llegada siempre era a la casona de la familia
Segura en el jirón Lima, pero al desmontar, antes de ingresar se encaminaba a la iglesia matriz con sus
bullangueras espuelas de plata, saludando con su gran sombreo a las amistades y
seguido de un entusiasta grupo de niños que no le perdían de vista.
Al
ingresar al templo, sacándose el sombreo decía en voz alta y grave: “Viejo, ya
estoy aquí, mientra viva siempre vendré
a tus pies mi querido Patrón” .Ante la
imagen del Señor de la Misericordia se postraba de rodillas, le miraba
fijamente y algunas lágrimas rodaban por su tez cobriza. “Ya sabes Viejo, que me vaya bien en mi
negocio”. Sacaba un puñado de monedas y dejaba en la alcancía de limosnas. Salía con sus característicos pasos vigorosos
y bulliciosos hasta la casa familiar para disponer de la inverna para sus
animales. Al término de la feria y antes de emprender el retorno no dejaba de
ir a despedirse del Patrono Señor de la Miseridordia. Agradecido le dejaba
varios billetes y le decía: “Hasta el próximo año Viejo querido”.
(Homero residente en Chiclayo)
En Chiclayo era atento con sus paisanos
residentes y visitantes y solía hacer bromas y chistes que le daban una
peculiar personalidad.
Tenía
muy buenas amistades con las principales familias y autoridades chiclayanas.
Paralizando el tránsito paseaba por las principales calles en briosos corceles
y todos le respetaban y comprendían. Era un prestigioso personaje típico de la
ciudad.
Su
muerte en 1971 fue sentida y comentada por la colectividad y los medios de
comunicación de entonces.
Su
hijo Lizardo un gran chalán y exponente de la afición a los caballos de paso y
su nieto Jimmy una gran revelación de jinete que promueve la marinera a caballo
en la región Lambayeque, la Capital Lima y otras ciudades.
bocanegraaugusto@hotmail.es