“EL MAESTRO" SALOMÓN DÍAZ SÁNCHEZ
(Bandolerismo - sección 2)
Salomón Díaz Sánchez “Maestro” por antonomasia, supo dar su vocación docente, su labor instructiva y su vida por la educación de nuestro pueblo entre los años de 1904 y 1914.
Nació en la ciudad de Chota en 1881, hijo de Juan Díaz y Rosa Sánchez, hizo sus estudios primarios en la Escieña Nº 61 y secundarios en el Colegio Nacional San Juan de su lugar natal, donde disputaba los primeros puestos con el alumno tacabambino Manuel Jesús Bocanegra Montenegro que llegó a ser químico farmacéutico. D/espués viajó a Chiclayo donde estudió música y dibujo. Se diplomó como Preceptor de Segundo Grado.
Trabajó como profesor de dibujo lineal en el Colegio Nacional San Juan de Chota y luego como preceptor en las escuelas de Cabracancha, Chuyabamba, Chiguirip y Conchán. Finalmente como Director de la Escuela Fiscal Nº 610 de Tacabamba, que después fue el Centro Escolar Nº 63 y hoy la IE Nº 10446 de prominente historial centenario y prestigio sin precedentes.
Todos los que conocieron a Salomón Díaz coinciden en asegurar que fue un insigne maestro, de gran vocación, capacidad y entusiasmo que marcó historia en el campo educativo, aplicando sus conocimientos y habilidades pedagógicas. Lo han atestiguado así los profesores Eleví Vílchez, Heriberto Bocanegra Montenegro, los señores Gonzalo Vásquez Camacho, Héctor Gálvez Delgado, Mariluz Montenegro, etc, que fueron sus discípulos.
Escribía libros y textos dedicados a sus alumnos, en los cuales hacía participar a todos ellos en amenos diálogos con su profesor. La notabilidad que alcanzaron sus discípulos confirma su buena reputación.
Su labor trascendió a la comunidad, desarrollando campañas de alfabetización, salud, artes, oficios y participación comunal. Trabajaron a su lado los auxiliares Elcías Herrera y Lorenzo Murillo. Este último alcanzó notoriedad, posteriormente, por los rigores impuestos a sus alumnos, típico representante de la corriente antipedagógica de “La letra con sangre entra”.
En dos oportunidades Díaz se desempeñó como Alcalde, desgraciadamente le tocó vivir la peor época en que los pueblos de la región soportaban aquel nefasto fenómeno socio – político del bandolerismo en que afloraban los bajos instintos y los sentimientos más negativos de ciertos pobladores enmarcados en la “ley del más fuerte”.
El 20 de marzo de 1914 a las seis de la tarde salía de su escuela en dirección a su casa, cuando al voltear la esquina de la plaza e iniciar la calle Olaya, le llamaron enfáticamente por detrás y al volverse apaciblemente vio que era Nobiano Asurza que con un certero disparo de revólver le impacto en el corazón. Se derribó por la empinada calle dejando esparcidos los libros que portaba bajo el brazo, algunos quedaron abiertos cual mensaje de protesta ante la iniquidad y de sed de cultura del pueblo que tanto amó. Gonzalo Vásquez Camacho su ex alumno levantándolo en sus brazos lo condujo a su hogar (hoy Jr. Siete de Junio Nº 260).
Mientras tanto el victimario desapareció para siempre por temor a la justicia, a las represalias y lo que es más, por la vergüenza de haber inferido tan grande daño a su pueblo.
Tacabamba perdió un gran hombre, pero lo ha inmortalizado en el corazón de las generaciones. Una placa metálica brilla en el frontis de la Escuela que lleva su nombre y un cuadro grande con su fotografía sirve de orgullo de los estudiantes y guía ejemplar para los verdaderos maestros del lugar.
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