24. TACABAMBA Y LA GUERRA CON CHILE

TACABAMBA Y LA GUERRA CON CHILE

Tacabamba deja sentada su patriótica actitud frente a la guerra declarada por Chile, ofreciendo al Supremo Gobierno el contingente y aporte económico. Asimismo, la entrega a las autoridades superiores de las alhajas de la iglesia bajo inventario, 21 2/4 marcos de plata y una cadena de oro con peso de 5. 50 castellanos el día 7 de setiembre de 1880. Se transcribe esta acta por ser de gran valor histórico.

“En el pueblo de Tacabamba, capital del Distrito de su nombre, Provincia de Chota, Departamento de Cajamarca, a los 16 días del mes de abril de 1879, reunidos espontáneamente en el salón de la Casa Consistorial, las autoridades y vecinos que suscriben, con el objeto de deliberar acerca del conflicto por el que atraviesa la Nación, a consecuencia de las amenazas y otros atentados hechos por la República de Chile, con motivo de la cuestión que ésta sostiene con la de Bolivia y teniendo en consideración:

1) Que vulnerado el honor nacional con los hechos escandalosos, punibles y mezquinos de aquella nación ambiciosa, éstos merecen el repudio general y el más severo castigo.

2) Que ajada la dignidad de la Bandera Peruana, todo ciudadano consciente de su Patria, se halla en la imperiosa, así como ineludible obligación de defendedla con su persona y bienes y aún a costa de su propia sangre.

3) Que al frente de semejante ultraje no es posible permanecer indiferentes a las pretensiones bastardas de aquellos tiranos y célebres conquistadores que con su cínico proceder ha invadido y explotado el territorio y riquezas de nuestra hermana la indefensa República de Bolivia.

ACORDARON:

1º. Protestar, como de hecho protestan contra los actos vandálicos de Chile y se adhieren como es justo a la causa santa de su Patria, que desde luego debe iniciarse.

2º. Ofrecer sus servicios y cuanto sea posible, del modo más decidido y patriótico a la Nación y con ella al Supremo Gobierno, en las actuales circunstancias, a fin de reivindicar los más sagrados de los derechos que se trata de mancillar.

3º. Consumar la presente acta disponiendo que su contenido llegue al conocimiento de Su Excelencia el Jefe de Estado, elevándole original y con otro tanto igual, por órgano de la Prefectura del Departamento y firmaron: Joaquín Delgado = Gobernador, Baltasar Segura = Alcalde Municipal, Julián Camcho O = Síndico Propietario, Salvador Delgado = Regidor, Teofisto Delgado = Teniente Alcalde, Juan de Mata Martínez = Regidor Accesitario, Dociteo Villanueva = Párroco, R.P. Manuel Eustaquio Oblitas = Presbítero, José Orlandini = Teniente Gobernador, Diego Olano, José Delgado Z, José Manuel Cevallos, Raymundo Herrera, Juan Cotrina, Vicente Cevallos, Nicolás Vásquez, Encarnación de Toro, Eloy Carranza, Vidal Olano, Pedro Peralta, Manuel Guevara, Pablo Medina, Gervasio Villegas, Cipriano Requejo, José María Cevallos, Francisco Quispe, Juan Cardoso, O. Tenorio Llatas, Francisco, Benigno Rodríguez, Manuel Vidaurre, Marcos Fernández, Manuel Olano, David Paredes, Francisco Delgado, Juan Herrera, Manuel S. Cardoso, Dionisio Bravo Z, Hipólito Cotrina, Fidel Alvarado, Miguel Herrera, Lorenzo Abuado, Ricardo Cruzalegui, Cruz Cardozo, Rosario Montenegro, Nicolás Peralta, Dámaso Villegas, Agustín Ortiz, Laureano Barón, Silvestre Paredes, Tomás Delgado, Lorenzo Guevara = Teniente Gobernador, Juan Delgado, Ramón Guevara, Francisco Delgado O, Ricardo Guevara, Roberto Montenegro, Abelardo Olano, Teodoro Tenorio, Manuel Cabanillas, Silvestre Delgado, José Santos Cevallos, José Manuel Segura, Guillermo Fonseca, Eleuterio del Río, José María Portocarrero, Juan Pablo Alva, Noé Cevallos, Augusto R. Latorre, Samuel Quijano, Pablo Herrera, Fernando Lozano, Vicente Delgado, Ricardo Villegas, Ramón Cotrina, Delfín Oblitas, J. Samuel Oblitas, Macías Córdova, Martín Oblitas, Antenor Burga, Pedro Medina, Rosendo Rivera, José Orlandini, Dolores Bravo, Francisco Cabrera, Mateo Quijano, Rufino Rivera, Rubén Requejo, Baltasar Bravo, Zenón Fernández, José Mateo Delgado, Agustín Villegas, Germán Tenorio, Clemente Villegas, Marcos Medina, Circunsición Montenegro, Elías Torres, Isidro Rojas, Marielo Toro, Juan Toro, Amadeo Villegas, Santos Guevara, Fernando Guevara, Isidro Llanos, Juan Clímaco Díaz, Pedro Dávila, Melchor Dávila, Doroteo Horna, Juan Torres, José Presentación Segura, Mariano Villegas, Manuel Arteaga, Manuel Fernándes, Herminio Segura, Jerónimo Paredes, José Manuel Olano, Lisandro Cevallos, Eleuterio Segura, Lisandro Medina, Antonio Delgado J, Saturnino Rivera = Agente Municipal, José Rosario Jiménez, Antonio Olano, Pascacio Meono, Marcelino Altamirano, Felipe Carranza, Adriano Villegas, Manuel Delgado, Valentín Vilchez, Manuel Alvarado, J. Arévalo, Manuel Vásquez, Anastasio Altamirano, Manuel Herrera, Patricio Banda, Félix Villegas, Timoteo Guevara, Isidro Segura (siguen firmas)”

APORTE PARA LA GUERRA. (Acta)

El 7 de setiembre de 1880, reunidos en la casa del Gobernador don Joaquín Delgao, el Párroco Dociteo Villanueva, la Comisión nombrada por el señor Vicario de la Rovincia, compuesta por los señores Presbítero don Manuel Eustaquio Oblitas, don José Francisco del Río y don José Manuel Cevallos, así como por el perito nombrado don Ricardo Cruzalegui, hacen formal entrega de las alhajas de la Iglesia bajo inventario: 21 marcos 2/4 de plata en especies y una cadena de oro con peso de cinco castellanos y ½, recibidos por el Gobernador para remitirlos al señor Subprefecto de la Provincia, por conducto seguro, como empréstito que se hace al Jefe de Estado para sostener los gastos de guerra. Firman: Joaquín Delgado, Diego Olano, Dociteo Villanueva, José Francisco del Río, Manuel E. Oblitas.

Los coroneles tacabambinos hermanos Noé y Marcos Tapia con un puñado de hombres habían combatido a los chilenos con mucha determinación y valentía, uno de ellos Noé entregó su vida por la Patria en los arenales de Chorrillos (15 de enero de 1881). También el hacendado de Chetilla (hacienda que por entonces pertenecía a Tacabamba) don Francisco Villacorta Vigil y su gente, combatieron a los chilenos al lado de Miguel Iglesias, Manuel José Becerra Silva y Antonio Sánchez en la batalla de San Pablo el 13 de julio de 1882 (triunfo efímero).

Finalizaba agosto del aciago de 1882, la ciudad de Chota estaba ya saqueada por los chilenos, el fuego consumía sus casas y locales públicos.

Los ancianos y mujeres que se negaron a huir eran humillados, algunos que protestaron o se mostraron hostiles a la fuerza invasora, eran fusilados en la plaza o en la antigua iglesia (hoy lugar del local de la municipalidad).

Los combatientes defensores al mando de Marcos Tapia, Domingo Tafur y Francisco Villacorta, se encontraban reorganizándose al lado oriental de Chota, desde donde mandaban a sus montoneros a acechar y hostigar al enemigo, por lo cual éstos, dispusieron que un pelotón de sus soldados vaya a combatirlos hasta Tacabamba.

Mientras tanto en este pueblo, la población clamaba misericordia, con el temor de que los chilenos repitan los desmanes de Chota. Masivamente mandaron decir una misa solemne y sacaron en procesión durante varias horas al Patrono Señor de la Misericordia, efectuando un velatorio durante toda la noche y solamente abandonaron el templo al siguiente día cuando llegó la noticia de que los montoneros derrotaron a los chilenos en la quebrada de Querorco (límite entre Chota y Conchán), obligándolos a regresar a su cuartel que fue el local del Colegio San Juan durante los días que permanecieron sobre las ruinas de la ciudad.

En Querorco quedó mal herido el soldado chileno Pascual Segura que por orden de Marcos Tapia fue llevado a Tacabamba para que sea atendido de sus heridas. Se encargó de esta tarea la señorita Luisa Rubio, con quien posteriormente contrajo matrimonio y dejó descendencia.

La señorita Esther Bocanegra Gálvez que radicada en Chota proporcionó su casa para el funcionamiento del Colegio Nacional San Juan mientras dure la refacción de su local que sirvió de cuartel de los invasores y quedó en ruinas.

Desde Chota llegaron el Dr. José Mercedes Puga y el Coronel Manuel José Becerra Silva para pedir voluntarios. Se enrolaron 35 tacabambinos que combatieron contra Iglesias en Chilanlan (Miracosta) y derrotaron a los chilenos en el lugar llamado Cárcamo (Tocmoche) el 28 de setiembre de 1882.

Muchos fueron los tacabambinos enrolados que pelearon en Huamachuco el 10 de julio de 1883 bajo el liderazgo chotano y las órdenes de Leoncio Prado.

Finalmente, don Eusebio Salazar reunió en Tacabamba voluntarios para proseguir la guerra, contingente que ya no logró entrar en actividad porque en ese mes (octubre de 1883) se firmó la paz de Ancón entre Iglesias y los invasores.

Augusto Bocanegra Gálvez (2008)

“La inmortalidad es la gloria perenne de los héroes”.