EL QUE JALA JALA (ja ja ja)
Mensajero de las agencias de transporte de pasajeros, canillita… vendedor de lo principales diarios de Chiclayo y Lima en la ciudad de Chota, entre otras son las actividades añejas ya, de nuestro amigo y paisano don Julio Sánchez Conuna, pues desde niño se gana la vida en estos trabajos tan sencillos como dignos, y se gana más que todo la amistad y popularidad de todos los que le conocemos, interpretando perfectamente su dicción que en principio parece difícil por tener a flor de labios el leporino aquel que en nuestra tierra se da el apelativo de “Kagio” y con este, a todos los que lo llevan de nacimiento.
Si bien es cierto que esta su característica actividad le prodiga todo el reconocimiento de propios y extraños, l o más cierto es que es admirado por algo más peculiar, sobretodo por sus dones de amante y padre de familia que sabe conciliar armónicamente su convivencia con dos y hasta tres hogares a la vez, algo muy difícil entre los varones machistas que día a día van desapareciendo de la faz de la tierra, no por falta de facultades innatas, sino mas bien por lo difícil y cara de la vida que hace imposible el mantener a más de una familia.
Una tarde, como todas las consuetudinarias, que después de las labores del día, reúne a los amigos en determinados lugares para platicar amenamente, comentar meticulosamente y hasta chismear con argucia e hilaridad, estaban en una de las bancas del parque central, cuatro amigos inseparables que conforman el “Grupo Lente 7” y al ver pasar en sus afanes al susodicho “Conuna”, que así lo tratan la generalidad de las gentes, y luego de comentar hasta la saciedad en pro y en contra, quedan anonadados ante su real condición de trígamo, sin explicarse cómo lo hace para que sus tres damiselas no peleen y se contenten con lo que pueda darles para su sustento familiar.
Deciden llamarlo y con toda la discreción posible pedirle les manifieste el “secretito” “secretón”, porque en sus casos, la cosa es tan difícil e imposible que cuando alguna vez lo intentaron salieron con las cabezas achichonadas de los cucharonazos recibidos, de allí mejor que seguir de “sacos largos” es preferible.
A poco rato ya estaban con él, y entre conversa que te conversa, y entre chistes y bromas le “soltaron los perros” como se dice sin inmutarlo, tácticamente.
Efectivamente, la confidencia iba resultando, Conuna solamente sonreía y reía, meneaba su cuerpo sobre el eje de su dedo gordo del pie sobre el suelo que pisaba. “Ya pues hombre, dinos el secreto, tu sabes que somos hombres y por qué no, podemos hacer algo parecido”.
Interviniendo los cuatro insistieron amigablemente hasta que al fin vieron que se animaba a dar respuesta a tremenda inquietud y curiosidad.
Ya, ya, pero mejor no………. No te hagas pue Conuna, si estamos entre amigos………
Al fin, el interpelado contesta. ¡EL QUE HALA… HALA! , y emprendió la retirada, entre risas y jajeos que todos festejaron, queriendo decir con eso: el que puede no es como el que no puede. JA, JA, JA, JA, JA…………….
Chiclayo, mayo del 2007 - Augusto Bocanegra Gálvez bocanegraaugusto@hotmail.es
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