viernes, 27 de diciembre de 2013

116.- DAR EL BENDITO

DAR  EL  BENDITO

Literalmente, esta frase era de uso común para indicar saludo, respeto, religiosidad y hasta sumisión. Por lo regular una persona de inferior condición, con la mirada baja, con la cabeza inclinada o a veces con el cuerpo genuflexo o de rodillas y con las manos juntas ,  daba el bendito a otra diciéndole al encontrarse: ¡BENDITO Y ALABADO SEA EL SEÑOR!, ante lo cual el superior se quedaba en silencio o respondía: ¡COMO ERA EN UN PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS! y ambos finalizaban: ¡AMÉN!
Casi siempre se usaba de forma simplificada: ¡BENDITO Y ALABADO!
Naturalmente, esto era en épocas ya pasadas o superadas, como la de los patrones y ciertas autoridades, por arrendatarios, yanacones, semaneros o sirvientes aunque puedan quedar vestigios en los ambientes rurales y religiosos, como conventos, templos, seminarios, asilos, etc.

Si bien es cierto, que se trata de ritos y costumbres dentro de las disciplinas religiosas, las mismas que coadyuvan a formar un espíritu humilde, respetuoso o devoto, por otro lado, contrario a la vorágine transformista de nuestros tiempos, resulta fuera de contexto y anticuado, porque pareciera que afecta la dignidad humana y se mantiene la sumisión o humillación del semejante.
En la época presente, está en boga, y con justicia,  la igualdad personal, los derechos humanos y es parte de ellos un trato amable y respetuoso, como realmente se quisiera, aunque en la realidad y los estratos populares va desapareciendo todo vestigio de urbanidad, atención y buenos modales, para dar paso a vulgarismos, palabras y frases soeces, que menudean y se propagan inconteniblemente como reguero de pólvora.
En otro sentido, DAR EL BENDITO es un decir para referirse a la actitud obediente, sumamente dependiente, que no admite disculpas, hasta abusada si se quiere, de alguien con referencia a otra. Por eso, para quejarse de una persona o criticarla se arguye: “Hay que darle el bendito” o “Quiere que se le dé el bendito”.
Son modales del terruño de antaño que han dejado huellas y recuerdos y que simplemente enriquecen nuestro acerbo costumbrista para brindarles como estampa de reminiscencia.
Prácticamente ha desaparecido el término "dar el bendito" a las personas tanto en los escenarios religiosos, como en los de los patrones o hacendados, donde se practicaba de manera ya muy escasa, y esto último, a raíz de la Ley  de Reforma Agraria dada durante el Gobierno Revolucionario del Presidente Juan Velasco Alvarado (24 de Junio de 1969).
Sin embargo, existen personas que se creen superiores a otras, que tienen un ego muy grande, super orgullosas, déspotas, etc. Piensan que los demás tienen la obligación de "darles el bendito", es decir, que deben sometérseles y rendirles admiración y culto. Felizmente, son ya muy pocas. Además,  pareciera que adolecen de alguna enfermedad psicológica.  
En Tacabamba, por ser un pueblo muy antiguo, se practicaba el "dar el bendito", pues como parroquia muy importante en la zona norte de la sierra, como asiento autoritario desde la época colonial y como sede de muchas haciendas y familias distinguidas, era el ambiente propicio para usarse esta disciplina social o religiosa.

bocanegraaugusto@hotmail.es   -  Chiclayo 2010


“ Donde mandan muchos, entienden pocos y obedecen menos”.

“ Si la obediencia no te da la paz, es que eres un soberbio”.       (J. E. B)
“Cada persona tiene el derecho de escoger el camino que prefiere.
         Respeta la libertad de credo en los otros, así como deseas que respeten el        tuyo. No discutas ni procures sacar a nadie del camino que se trazó, a no    ser que tengas la obligación de hacerlo”.
 (Carlos Torres Pastorino -     1910–1980 - religioso brasileño)
“Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda. (Martin Luther King





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