martes, 30 de julio de 2013

35. POR LA SALUD DE SU PUEBLO


POR LA SALUD DE SU PUEBLO

HOMENAJE A OSCAR CARDOSO SÁNCHEZ

Entre los fundamentos sociales de una población está el lugar preferencial, luego de la alimentación, la ropa y la vivienda, la salud de manos con la educación y el trabajo. Mucho hay que escribir y leer sobre la salud en TACABAMBA, casi siempre en tono decepcionante y critico como en todos los pueblos alejados del territorio patrio. Sin embargo, en medio de tanto abandono y sufrimiento de nuestra gente, hay un paréntesis de reconocimiento y gratitud inolvidables.


Se trata de un hombre que dedicó toda su vida al servicio de la salud de su pueblo y cuya desaparición significa un duro revés, una pérdida irreparable que es difícil de subsanar.
Don Oscar Cardoso Sánchez, nació en Tacabamba el 3 de febrero de 1921, hijo de don Manuel Cardozo Olano y de doña Emilia Sánchez Lozano, uno de 4 hermanos varones y cinco mujeres, estudio en la Escuela Nº 63 “Salomón Díaz” , viajo a Lima para proseguir sus estudios y aprovechó para iniciarse en el campo de la salud ingresando al Centro de Capacitación de Enfermeros en el Hospital Dos de mayo de Lima, una vez graduado, empezó a trabajar en el pabellón de cirugía en el citado nosocomio, destacándose por su capacidad, dedicación y acierto. Regresó a su ciudad natal y como sanitario emprendió una gran labor en momentos de mayor necesidad de sus habitantes tanto en la zona urbana como rural, ya que en ese entonces las enfermedades infecciosas eran incurables y el supo aprovechar con éxito la aparición de los antibióticos; joven acucioso, servicial y con gran espíritu de superación, supo granjearse la confianza y la simpatía del vecindario y por su apariencia física y por la jovialidad que irradiaba, tanto amigos cercanos y familiares lo trataron cariñosamente como “EL PINTON”. Aun desde lejanos lugares de la provincia acudían buscando su solicita atención. Diestro topiquero que realizaba además de primeros auxilios, exitosas intervenciones quirúrgicas con la indicación y supervisión del médico titular y de otros médicos que visitaban o que eran contratados en casos de suma necesidad por algunas familias. Solía aprovechar las enseñanzas y consejos de algunos amigos profesionales que llegaban por temporadas cortas a su terruño o bien, cuando acudía a la capital de la república u otras ciudades importantes del país. También se especializó en extracciones dentales y complicadas operaciones maxo-bucales, además que se desempeñó con gran acierto como partero.

Por muchos años suplía con creces la labor profesional del médico titular que de paso, dejaba mucho que desear, más por falta de atención, como por capacidad profesional.


Ante la no existencia de medicamentos, montó una botica muy bien surtida que en poco tiempo se convirtió en líder de la región pues muchas veces, desde las ciudades capitales de provincias cajamarquinas, acudían hasta Tacabamba en pos de medicina ética que no tenían en stock. Muchos han sido los años que trabajó para el Estado, como enfermero del Centro de Salud de nuestro distrito.

Contrajo matrimonio con la Srta. Altemira Oblitas Pérez y procrearon 6 hijos: Oscar, Alberto, Maritza, Rossio, Carolina y Carlos; con los cuales conformaron una familia notable y ejemplar.
Un ciudadano cabal, perteneciente a una de las familias mas caracterizadas de TACABAMBA, socialmente fue considerado como uno de los vecinos más entusiastas y colaboradores. Gran amigo de personajes notables de los pueblos y ciudades del departamento.

Un gran aficionado a las peleas de gallos, por tanto mantenía un importante galpón de ejemplares que dieron realce a nuestro distrito, en especial en sus ferias de setiembre. En 1959 se desempeñó como alcalde de la ciudad dando preferencia a la política de salubridad y la higiene en campo y pueblo.

Desgraciadamente en la cúspide de su prestigio personal y laboral, en los mejores años de su vida, joven aún, es atacado por una grave enfermedad terminal, que pese a los grandes esfuerzos clínicos, en las principales ciudades del país, su muerte acaeció el 16 de enero de 1981en el Hospital de Chota a los de 59 años de edad, sus exequias en Tacabamba revistieron gran consternación popular y muestras de pesar; desaparición que privó de la sombra bienhechora a su familia y sumió a todo un pueblo en la desolación y la desesperanza que se mecerán por siempre en los brazos de la gratitud y del recuerdo. Hombres de esta talla merecen que las nuevas generaciones lo emulen y perennicen su memoria. 


El pueblo al que con tanto cariño sirvió está en deuda con Oscar Cardoso y para cristalizar el anhelo de que su nombre ocupe el lugar de Gran Mérito, debe gestionarse ante la Municipalidad o el Ministerio de Salud que una calle o un centro de salud lleven su nombre y se difunda en los centros educativos e instituciones tutelares este gran ejemplo de tacabambinismo y labor social.

bocanegraaugusto@hotmail.es 

“La ingratitud es el crimen más grande que se atreva el hombre a cometer”. (Simón Bolívar)

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