NAVIDAD TACABAMBINA
Como todos los pueblos de la serranía norte del país, Tacabamba celebra la Navidad con ciertas características propias.
No existe por supuesto, el gran despliegue de entusiasmo y derroche de dinero que implica el ambiente comercial de las grandes ciudades especialmente de la costa, pero en medio de esa sencillez sobresale la orientación religiosa y costumbrista de nuestro medio.
Los días 14 y 15 de Diciembre, culminan los preparativos para confeccionar los “Nacimientos” en la sala de los hogares y en el templo, dentro de los cuales se distinguen algunas familias que popularizan la celebración, pues saliéndose del entorno hogareño, invitan a muchas otras familias y aceptan la participación de cuanta persona de buena voluntad acude los días festivos. Estos nacimientos o altares son los que en otros lugares llaman “Belenes” en alusión a Belén, ciudad donde acaeció el nacimiento del Niño Dios en el país de Palestina y que junto con otras en la actualidad han sido colonizadas con la guerra por Israel, país que paradójicamente figura en la Biblia e Historia Sagrada, raza judía que protagonizó la crucificción de Jesús, que después estuvo a punto de ser exterminada por Hitler y que hoy tiende a dominar cruentamente a los países del Medio Oriente con el apoyo de los Estados Unidos. (Hago esta aclaración porque todos debemos actualizar nuestros conocimientos)
Para confeccionar los nacimientos empiezan por una base que puede ser una mesa o un tabladiloo, luego un armazón con cajones o con tiras de carrizo que cubren con papeles, crudos o encerados que pintan con el verde de la vegetación o el gris de las rocas. Dan la forma geográfica propia de nuestro medio y no del paisaje de Palestina que es llanura y desierto, pues, predominan los cerros escarpados, cubiertos de plantas típicas como los tuyos, siemprevivas, lshapras,musgos (pampitas), ramas de laurel y especialmente los botones o achupallas de fragancia característica, traídos de los bosques de Chaccha, Pilco, La Palma, etc. de los agrestes cerros de Agomarca, Potrerillo, Venadera, etc.
Domina la representación una estrella luminosa (aquella que guiara a los pastores y monarcas de oriente), en algún lugar, dentro de una cueva está el pesebre para la Sagrada Familia, flanqueada por un buey y un jumento en unos casos, o por la vaca y la mula en otros, un gallo canta encaramado en el techo. Por un lado un camino agreste para los pastorcillos, con cercos de pircas y pencas. Linderadas también están algunas chacras de cebada e invernas donde pasta el ganado. Por los cerros las ovejas, chivos, llamas y otros. Los patos tienen su laguna. En otro lugar hay un pueblecito con casas blanquirrojas, las aves de corral tienen su lugar muy cerca. Los perros están por doquier .
Personajes desde campesinos, indígenas, músicos, soldados y bailarines hasta muñecas y ángeles también acaparan las miradas de los visitantes. Por otro camino dirigen sus pasos los tres Reyes Magos. También están ubicados algunos animales extraños: elefantes, camellos, leones, tigres, monos, etc. No falta una carretera con carritos y ferrocarriles.
A los costados del nacimiento están, cual árboles ornamentales, los laureles de nuestros matorrales de los cerros, en cuyas ramas secan los pañales del Niño y se perfuman con su singular fragancia. Las avecillas parecen hacer un concierto de cánticos matutinos. Colocan al fondo en la pared y en toda la amplitud del nacimiento, un decorado con paisajes lejanos y el celaje también lugareño.
Toda una artística y materializada alegoría que hace volar la imaginación infantil y acrecentar la fe religiosa de los creyentes, además de la distracción en la contemplación de la gran cantidad de juguetes de la que depende el tamaño del nacimiento.
Las novenas, durante nueve noches con rezos, canciones y algunas atenciones de parte de los que son veladores o novenantes.
En las tardes se escuchan los ensayos de los pastores que se preparan con sus bailes, huaynitos y villancicos para la Noche Buena. Trasciende el olor que emanan los hornos de las casas que amasan los panecitos, galletas y empanadas para agradar a los concurrentes de la fiesta del 24 en que se recibe al día culminante en que nació Jesús, el 25.
Toda la población está de fiesta, la merienda es temprano y muy frugal, pues hay que guardar espacio para el suculento café con dulces y tamal incluido por parte de los anfitriones en casa del nacimiento escogido o que ha invitado.
La última novena es la más solemne, porque llegada las doce en que se inicia el día 25. La familia e invitados van a la misa, con la algarabía de los pastores que cantan sus villancicos tradicionales y bailan incansables por todo el recorrido. El séquito va presidido por una reina vestida de blanco que en un azafate de flores lleva cubierto al Niño Jesús. Después de la Misa del Gallo regresan de la misma forma, con el Niño descubierto recién nacido en el templo. Ya en casa empieza la adoración con una actuación ceremonial en que los pastorcillos, niñas y niños, incluyendo a la reina, al son de los cánticos dan su relación y obsequios para el Niño Dios: Manuelito o Jesusito, es decir unas frases, cuartetos o poesías breves ante la expectativa del público asistente. Por ejemplo: “Niño Manuelito, que te quiero dar: rosas y claveles para deshojar”. “Niño Jesusito, no te traigo nada porque la venada me ha dejado pelada”. Entre los cánticos : “Entre peña y peña he visto una luz, eran los ojitos del Niño Jesús”. “Traygamos pues buñuelos y miel para ofrecer al Niño Manuel, a Manuel, a Manuel”.
Seguidamente viene la fiesta con el acostumbrado café y el baile entre los invitados y los que llegan a adorar al Niño.
Muchos, especialmente los jóvenes van a varios nacimientos en todos los que son recibidos y atendidos.
Así el amanecer no tarda y todos se retiran llevándose el abrazo de felicitación por la Navidad.
En décadas pasadas (1940 - 1980) de las que fui testigo, los nacimientos más caracterizados y populares eran de las familias personalizadas por la dueña de casa, a saber: de Doña Emilia (Sánchez de Cardoso), de doña Domitila, de doña Mauricia (Alvarado de Díaz) en La Quinta, de doña Grimaldina, de doña Sarita (Bravo Montenegro), de doña Teresa (Oblitas de Portocarrero), de doña Flora (Paredes de Díaz), de las Hermilas en el Puquio, de doña Allita (Delgado de Oblitas) en Las Tunas, de doña Mercedes (Guevara de Asurza), de doña Zenaida (Delgado de Cardoso), de doña Dina López en La Loma, etc, etc.
En estos últimos años ya van incursionando Papá Noel, las chocolatadas, los regalos, especialmente juguetes, los panteones, los árboles de Navidad, los adornos eléctricos en las casas, etc.
muy buen post
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