miércoles, 12 de febrero de 2014

118.- MARCOS "EL BRUJO"

MARCOS  “EL BRUJO”
Este nombre propio y en plural es como del apóstol o santo evangelista. La diferencia de él estaba en lo que hacía y la fama que tenía como curandero, brujo malero, vidente, etc.  Natural de Solugán, donde también residía,  la tierra legendaria de los YUNKAS  y del CÓNDAC. Algunas veces vivió en Las Tunas y otras en la ciudad.


Se han tejido muchas historias o pasajes de su vida, pero resumiré algunas de las más evidentes:
En su temporada, entre septiembre y noviembre, las lluvias eran copiosas, torrenciales a veces, las quebradas y ríos rugían torrentosos, las laderas y los caminos se arrancaban en crecientas o huaycos, los relámpagos, rayos y truenos estremecían los poblados y los campos, la gente se persignaba y oraba: “aplaca Señor tu ira, tu justicia y tu rigor” y atemorizados al encontrarse con Marcos o Dorotea su mujer comentaban y pedían alguna explicación.  Como siempre solía decir en estos casos: “Pasará todo después de algunos días, cuando el río Grande lleve alguna persona o cuando el rayo carbonice a alguien “.  “Esto sucede casi todos los años”. A palabra de buen brujo, de sabio o de experimentado viejo, esta inclemencia se da realmente en nuestra tierra. Se deben tomar precauciones.
Una vez, también en esta época invernal, el río Tuspón, tras una prolongada tempestad estaba  “de bote a bote”, tanto que ya se había desbordado inundando toda la playa. Era una tarde de espectáculo, habíamos ido mucha gente por el camino de Las Tunas para ver los estragos del otrora pacífico y amigable riachuelo, pues estaba llevando árboles, ganado, chozas y alambradas. “Ashuco” Gómez, intrépido joven, hijo de “Chocomel” precursores del “Alto Perú”, estaba montado en un caballo argentino de la policía, junto a otro jinete y caballo similar, que se distinguían por su gran tamaño. Habían entrado en la playa inundada y enlazaban con sus sogas algunas cabezas de ganado que el río arrastraba y conseguían salvarlas entregándolas a otros que esperaban cerca del torrente.,  cuando alguien gritaba y llamaba avisando que la casa del brujo Marcos estaba inundada  hasta el terrado. Efectivamente cuando llegamos a las inmediaciones se veían cuatro o cinco pacientes con cabezas amarradas con trapos blancos, y envueltos en “pullos” que habían subido al  terrado de la casa y se veían por uno de los costados del techo, llorando y pidiendo misericordia junto con el referido brujo. Sin embargo, cundió entre la multitud, gente que decían que dejen a aquellos  maléficos personajes que se los lleve el río, porque estaban en las mesadas de brujería y abuciones, haciendo males al prójimo, etc. Mientras tanto ya se hizo de noche y todos regresaban comentando la peripecia del brujo, que como buen brujo, seguramente,  impidió el fatal desenlace y procuró que las aguas barrosas regresen a su cauce.
En otra ocasión, Carlos “El Chivo” persiguiendo en su conejera algunas liebres, machete en mano limpiaba la entrada en una mata de gul – gul en El Carricillo, terreno llamado La Pampa de propiedad de doña Grimanesa, cuando le llamó la atención  una muñeca blanca de trapo, colgada en el fondo del matorral. Llamó a don Reynaldo que estaba dando agua a su ganado en el manantial y ambos examinaron el extraño objeto, tenía las características de la citada dueña, con trenza y todo; tenía las piernas fuertemente atadas entre sí. Es brujería dijeron ambos, con un palo largo la retiraron y en su punta la condujeron hasta la “toma de la luz” que pasa por la parte superior  y la arrojaron en sus rápidas aguas. Pasado un mes más o menos la señora Grimanesa enfermó súbitamente, el médico diagnosticó presión ata y derrame facial, pero impedida de caminar desde entonces durante 16 años y hasta su muerte ya no pudo visitar La Pampa y administrarla como lo hacía, finca que quedó a merced de su criado que ya vivía en la casa de campo, criado apodado Quilche y que de paso era cuñado de Marcos “El Brujo”.  Pura coincidencia  ¿no?.

Más coincidencia todavía: Era don José Díaz un buen vecino de Cumpampa, pueblano también porque tenía su casa en una de las esquinas de la plaza, pero según decían que se las debía muchas a mucha gente, tanto que tuvo que emigrar a la “Juridición” (hoy Nororiente). Pensaban que allí pagaría “las hechas y por hacer”, pero no fue así, antes bien, llegaban las noticias que cada día estaba muy bien económicamente. Varios perjudicados empezaron a confabular, alguien sugirió que vean los servicios de Marcos para vengarse y así fue. Le explicaron el asunto y pactaron el precio. La noche macabra de la sesión o mesada más parecía un juego ridículo de niños, porque entre las invocaciones y maledicencias el brujo malero jugaba entre las bolas de coca, caleros y aguardiante con un carrito pequeño de lata, viajando por unas supuestas carreteras con puentes y abismos. Los asistentes estaban muy decepcionados, hasta que al amanecer el conductor supersticioso, tanto hacer rugir al juguete y sonar su claxon, somnoliento y hastiado cabecea y se duerme por un segundo de tiempo, suficiente para que el carrito ruede por un abismo y río supuestos. Terminó todo dijo, esperemos las noticias. Todos incrédulos optaron por retirarse.  A las cinco de la tarde doña Sarita la telefonista del correo recibía un telegrama para los deudos, don José había muerto esa madrugada accidentado cuando su camioneta Ford 4 x 4 se desbarrancara por Corral Quemado.
No digamos ahora que se trata de una “brujería”, pero si de una premonición o presagio:  Un grupo de señoritas, pensionistas e hijas de doña Inés estaban juntas cuando “don Marcos” estaba comprando  en la tienda de don Miguel y presurosas y entusiastas le pedían que les vea la suerte, en especial referente al matrimonio. En amena confianza el brujo les decía algunos asuntos que las damitas asentían ser ciertas, pero de matrimonio no hay nada todavía les decía, pese a que algunas estaban de novias. En ese momento llegaba una de las pensionistas a la que pidieron que le adivinara su suerte, pero ella no quiso saber nada y pasó de frente al interior de la casa. Sin embargo Marcos dijo esa señorita si que se casa  muy prontito y las otras preguntaban, cómo, con quién, cuándo,  de dónde es el novio, etc. El brujo decía es un señor blanco de esta vecindad, usa sombrero palma y se pasea en caballo blanco. Nada más, nada más decía, dejando intrigadas a sus interlocutoras. Las chicas interrogaban a la susodicha señorita y ni ella ni él sabían nada al respecto. Nos ha mentido comentaban todas y reían. Escasamente un mes más tarde el señor aludido pedía la mano de la señorita en Chota y se casaban esa misma tarde en Lajas. Asombroso ¿verdad?.

La retirada de mi pueblo no me ha permitido saber del fin que tuvo el protagonista de esta nota, pero a su nombre rindo mi memoria y admiración porque Marcos "el brujo "es parte de la idiosincrasia de tacabambinos excepcionales.
bocanegraaugusto@hotmail.es     Chiclayo, Enero del 2014

“Cuanto más talento tiene un hombre, más se inclina a creer en el ajeno”.        (Blaise Pascal)
“La verdad es una creencia”.                        (Dilia Sofía Acevedo)
"La forma más eficaz de obtener fama es hacer creer al mundo que ya eres      famoso".                     (Leopardi)

                         

 

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